¿Educamos? Nociones básicas para enseñar y modificar conductas
La Navidad puede ser una época complicada para algunas personas. Bien porque hay un sitio en la mesa que ya nadie ocupa, bien porque siento que estoy fuera de lugar o porque a veces no se con quién pasarla. Y esto remueve emocional y psicológicamente. Lo que sí tenemos todos en común es que tal vez sea el momento de sentir más nostalgia, de todo el año. Nostalgia, ese sentimiento de tristeza por echar en falta algo.
¿Cómo manejar la nostalgia en temporada navideña?
En primer lugar, sería genial establecer unas expectativas realistas. Es normal que la realidad no siempre coincida con las expectativas que tenemos. Aceptar que las celebraciones pueden ser imperfectas y centrarse en experiencias significativas en lugar de buscar la perfección del momento.
Otro consejo sería enfocarnos en las conexiones que son verdaderamente significativas; la Navidad no se trata sólo de familia biológica. Valorar y cultivar relaciones importantes con amigos puede llenar el vacío emocional que a algunas personas le evoca esta época del año.
Sin olvidarnos siempre de practicar autocuidado. La Navidad es una época de estrés algo especial. Cuidar de uno mismo a través del ejercicio, un viaje, la meditación, lectura o cualquier otra actividad, ayudará a mantener el equilibrio emocional. Crear nuevas experiencias puede cambiar la dinámica emocional y crear nuevos recuerdos positivos para esta época que, sin querer, nos transporta nostalgia.
Consejos para establecer límites con la familia
Ahora bien, ¿qué ocurre a la hora de establecer límites con mi familia? Muchas veces podemos sentirnos abrumados y nos cuesta establecerlos, puede ser todo un desafío, pero es esencial para mantener un bienestar emocional. A continuación, te dejo una serie de recomendaciones:
- Comunicación asertiva y clara: expresar límites de manera respetuosa evitando que parezca una acusación o un ataque. Por ejemplo, en lugar de decir “siempre me haces sentir mal”, podríamos decir “me siento incómodo cuando se abordan ciertos temas”.
- Conoce cuáles son tus límites: antes de las celebraciones reflexiona sobre cuáles son tus límites personales. Saber cuándo decir no y cuando retirarte de una conversación o situación puede ayudarte a evitar conflictos innecesarios.
- Tiempo de calidad: en lugar de centrarse en cuánto tiempo pasas con la familia enfócate en la calidad de ese tiempo. Establecer límites de tiempo puede ayudar a evitar el agotamiento y la sobrecarga mental.
- Enfocarte en lo positivo: durante las celebraciones, trata de enfocarte en los aspectos positivos de la interacción familiar. Esto puede ayudar a suavizar los momentos difíciles y mantener una perspectiva equilibrada.
- Cuídate: no olvides tu bienestar emocional y físico. Toma tiempo para descansar, tomar distancia y relajarte y hacer actividades que disfrutes de verdad puede ser clave para mantener límites saludables.
Sin duda la Navidad puede ser especialmente cargada para muchas personas y es aquí cuando aparecen síntomas de estrés y ansiedad. ¿Qué hacemos si esto ocurre? Veamos:
- Planificación anticipada: organízate antes, planifica tus reuniones, viajes y actividades con tiempo para no ir abrumado en el último minuto.
- Delega tareas: entiéndelo, no puedes llegar a todo y eso está bien. Delega responsabilidades para compartir la carga, ya sea en la preparación de la comida, la decoración o cualquier otra tarea relacionada con el evento en cuestión.
- Tiempo para ti: haz los descansos que necesites y recarga pilas, reducirá tu ansiedad.
- Aprende a decir no: no tengas miedo a decir no si sientes que estás abarcando más de lo que puedes controlar. Establecer límites, recuerda, es fundamental.
También es cierto que pasa tiempo desde que no vemos a nuestra familia y eso supone cambios en ambas partes. Cómo generar una comunicación efectiva es fundamental en cualquier relación. Y para ello, existen técnicas de comunicación que pueden ayudarnos a mejorar las conversaciones difíciles con familiares durante las fiestas navideñas, como podrían ser:
- Escucha activa: presta atención completa a lo que están diciendo. No solo escuchas las palabras sino los sentimientos que hay detrás. Pregunta, muestra interés y comprensión.
- Exprésate de manera asertiva: comunica tus sentimientos de forma clara, concisa y respetuosa con los demás.
- Evita la escalada emocional: si la conversación se torna intensa, trata de mantener la calma. Respira y evita responder bajo el enfado. La escalada emocional dificulta la resolución de problemas.
- Enfócate en las soluciones.
- Usa “yo” en lugar de “tú”: evita culpar a los demás usando declaraciones bajo el “yo”. En lugar de decir, “tú siempre haces esto”, puedes decir “yo me siento afectado cuando esto que pasa sucede”.
- Reconoce y respeta puntos de vista diferentes: acepta que las personas pueden tener opiniones diferentes y reconoce esas perspectivas sin necesariamente estar de acuerdo. La validación puede reducir la hostilidad en la conversación.
- Recuerda que la paciencia y la empatía son fundamentales: cada persona es única y lo que funciona en una conversación puede no ser efectivo en otra.
Por último, aunque las relaciones familiares pueden ser complicadas, aún es posible encontrar momentos de alegría y conexión genuina durante la temporada navideña. Y de nuevo, dejamos algunos consejos para ello:
- Crea momentos significativos: diseña experiencias significativas para ti con los tuyos, ya sea cocinar, decorar juntos, hacer juegos en familia, etc.
- Enfoque en conexiones positivas: busca momentos y relaciones positivas dentro de la familia. Conecta con aquellos que te brindan apoyo y comprensión, y dedica tiempo a fortalecer esas relaciones.
- Fomenta la empatía: practica la empatía al tratar de comprender las perspectivas y sentimientos de los demás, incluso si no estás de acuerdo. La empatía abre puertas a la comprensión y la conexión con los demás.
- Participa en actividades compartidas: encuentra actividades que disfrutes y que fomenten la unión en lugar de los conflictos.
- Focalízate en el presente: aquí y ahora.
- No olvides que está bien priorizar tu bienestar emocional y elegir conscientemente las interacciones que contribuyen a tu alegría y paz mental.
Y ahora…. ¡Feliz Navidad!