Pregunto porque supongo que de alguna forma busco una respuesta. ¿Cuál? Ni idea. Hace unos meses que ya rondada mi cabeza la idea de “empezar”. La verdad es que después de la pandemia nada volvió a ser igual. Ni yo, ni mi trabajo, ni mi vida personal… Me sentía extraña, como si estuviera viviendo una vida que no me correspondía del todo. Curioso…
Curioso porque realmente estaba en un punto en el que seguramente muchas personas querrían
estar (oye, no veas el esfuerzo…) pero algo dentro de mi me insistía cada día: EMPIEZA.
Susurrando un día me pregunté: “Y si…¿empezamos?”. Una parte de mi le empujó a la otra (casi
no nos da tiempo a pensarlo a ninguna). Mi “yo” más inspiradora incitó a mi “yo” controladora,
ahora lo veo claro, sin dudas…
Hablo de empezar de 0 prácticamente. Para una persona que le gusta tener todo bajo control,
todo ordenado, todo vigilado, os digo que realmente es un reto a superar… Y así lo fue, pero ¡me
lancé! Seguro que sabes de lo que hablo, alguna que otra vez te has podido plantear esta
cuestión también, como yo. Y, ¿qué hiciste tú? ¿Te escuchaste? Me entenderás cuando digo que
a veces me gustaría poder apagar esa pequeña voz interior, pero… en el fondo sabes que sin ella
no estarías en el lugar que ocupas ahora. Entonces, nos encontramos en puntos similares.
Un camino difícil este de emprender. Podemos llamarlo como queráis pero la realidad es que los
obstáculos nunca dejaron de crecer. Como os decía, estos meses ¡han sido tremendos! Jamás
pensé que mi capacidad para superarlos poco a poco, paso a paso, sería tan… no sé, ¿fuerte, tal
vez?
Supongo que los retos, las metas están para eso mismo. Para perseguirlos. Evermine no sólo se
convirtió en mi reto personal, sino de una u otra forma, también en un refugio. Como si de un
puzzle se tratara… TODO COMENZÓ A ENCAJAR.
Ahora, meses después sólo puedo pensar una cosa… ¿cuándo dejó de ser un sueño para
convertirse en una realidad ese “empezamos”?